Entre muy pocos

Junto a las aguas del Pacífico, un día de otoño de 1523, un grupo de soldados cansados y harapientos marcha errante en busca de un gran imperio que no aparece. Hasta ahora no han encontrado mas que dificultades. Sus compañeros de conquista han sido el hambre, enfermedades, unas horribles emboscadas, traiciones... y la muerte.

Muchos llevan tiempo hablando de renunciar. La situación se hace insostenible. Hay que volverse, dicen; no tiene sentido continuar así; es una locura.

Pero Pizarro no es hombre de rendiciones. Sabe lo que quiere y tiene una decisión y un empuje a toda prueba. Cuando parece perdida toda esperanza y nadie piensa ya sino en dar marcha atrás, protagoniza aquel episodio de inesperada audacia que ha quedado como uno de los gestos más gloriosos que se recuerdan.

Desenvaina su espada, traza con ella una larga línea en la tierra, de oriente a occidente, y lanza su reto: "Amigos, allí está el Sur. Por ahí se va hacia la muerte y hacia la gloria. Por este otro lado, hacia la comodidad y la molicie. ¡El que tenga corazón, que me siga!"

Hubo instantes de duda. Nadie se atrevía a traspasar esa raya que tanto significaba. Pero finalmente unos pocos superaron el miedo y continuaron con aquella empresa que verdaderamente era una locura. Fueron trece, los trece de la fama, cuya audacia fue premiada con una hazaña que asombraría al mundo.

 

Juan de Albarracín, capitán de bergantín.

Juan de Céspedes, capitán.

Gómez del Corral, capitán de bergantín.

Antonio Díaz Cardozo, capitán de bergantín.

Pedro Fernández de Valenzuela, capitán.

Martín Galeano, soldado de a caballo.

Juan del Junco, capitán.

Antonio de Lebrija, tesorero y capitán.

Antón de Olalla, alférez.

Hernán Pérez de Quesada, alguacil mayor.

Juan de San Martín, contador y capitán.

Gonzalo Suárez Rendón, capitán.

Hernán Venegas, soldado de a caballo.

 

 

 

 

Albarracín viajó con Quesada, Belalcázar y Federman a España en 1539. Parece que nunca volvió.

 

Juan de Céspedes fue alcalde, regidor, teniente general y justicia mayor.

 

Gómez del Corral retornó a España en 1540 y jamás regresó.

 

Antonio Díaz Cardozo fue, con Albarracín, uno de los que encontraron la entrada por el río Opón que formaba parte del "camino de la sal".

 

Pedro Fernández de Valenzuela fue encomendero y murió, siendo sacerdote, en España.

Martín Galeano fundó  Vélez.

 

Juan del Junco fue militar en Hungría e Italia. Iba con su hueste para Cartagena, pero la audiencia de Santo Domingo lo desvió a Santa Marta. Regresó en 1541 a esta ciudad y se residenció en Santo Domingo.

 

Antonio de Lebrija dio su nombre al río Lebrija. Regresó a España en 1539.

 

Antón de Olalla peleó en Italia y fue alférez de Quesada, regidor, alférez mayor, capitán y alcalde de Santafé.

 

Hernán Pérez de Quesada sucedió a su hermano en el gobierno de Nueva Granada, comandó la expedición a Eldorado .

 

Juan de San Martín descubrió el río San Jorge antes de ir a Bogotá. Volvió a España en 1539.

 

Gonzalo Suárez Rendón peleó en Alemania, Italia y Hungría, fundó  Tunja, en donde se destacó como encomendero y líder político. Se salvó milagrosamente de morir en el Cabo de la Vela a causa de un rayo que mató a Hernán Pérez de Quesada y a otro hermano de Jiménez de Quesada cuando estaban embarcados.