TRATADO DE ARTILLERÍA DEL CAPIT'AN GASPAR GONZÁLEZ DE SAN MILLAN, ARTILLERO MAYOR

DE LA CASA DE CONTRATACION DE LAS INDIAS,

Para el manejo del artillería en la mar es menester_ que el artillero sea también marinero, pues no siéndolo y teniendo conocimiento de los balances y movimientos de la nao, no podrá hacer la puntería ni los efectos que convienen ; pues considerada en la mar la distancia que hay de una nao á otra, parece muy poca, siendo muy al contrario, y que no tan solamente se debe tener consideración á los movimientos de la nao de donde se tira. sino también se debe atender á los que hace la nao a

quien se tira; y como esto suele ser las más veces yendo las naos á la vela, si el artillero no es marinero para mandar gobernar en la nao y disponerla de modo que haga efecto el tiro, será. perder las municiones y dar ocasion al enemigo á que con mayor aliento pueda conseguir sus intentos. El que hubiese de manejar el artillería en la mar ha de saber muy bien gobernar.

Para meter el artillería ó sacarla en una nao se ha de procurar una buena guindaresa de hasta 5 ó 6 pulgadas, y para la corona que se guarne en la cabeza del árbol mayor, sobre los baos, de hasta 8 pulgadas, y por el chicote se guarne un cuadernal de tres ó cuatro ojos, y se pasa por el que tiene encima de ellos al traves, y con otro cuadernal algo menor se guarne la guindaresa, que sea de buen cáñamo, para virarla, y sobre el cuadernal mayor se pone otro cabo que llaman guía, y se da vuelta á proa, para que venga á la parte donde conviniere, y con su palanquin ó cabo ha de hacer en el ojo del cuadernal menor una gaza de las vueltas que le pareciere, ajustándolas con filásticas para que quede tesa, y con ella y otro cabo con que ha de hacer cosedura en la pieza, se podrá virar al cabrestante y meter dentro y encabalgarla en su cureña.

Y para echarlas fuera hará lo mismo, advirtiendo que como el aparejo principal no puede sino con mucho trabajo de gente echarlas fuera del portaló meter allí una verga buena, y en la cabeza guarnir una talla de dos guarnes, y en estando en candela darle vuelta á los gol-fines y tallar hasta echarla fuera.

Y si la artillería fuere, de fierro ú mediana de bronce, para meterla puede hacer una eslinga de guindaresa, la cual puede meter con dos ojos, el uno por la joya, habiendo metido por la boca un espeque, y el otro por el cascabel de la culata, y virará, y cuando entre, puede, sin haber quitado aparejo, encabalgar la pieza.

Ha de tener mucho cuidado en coger las bajas de la mar al tiempo de disparar, mirando aquéstas si fuere de cerca, cuando arfa la nao del enemigo y la suya, y se ha de procurar, si fuere largo el tiro, aguardar á que esté cerca, para que antes que surja pueda dar fuego, procurando siempre tirar a las aguas de proa ó popa de medianía atras e adelante, y cuando tíráre con bala de cadena o enramada, ha de ser los tiros á las mesas de guarnición, porque cuando suba rompe los aparejos y árboles, con que queda el enemigo sin poderse mover para conseguir lo que pensaba.

Ha de saber guarnir los palanquines para el artillería, para amarrarla, y el mejor guarnimiento es con dos ganchos de fierro. cada uno con dos motones de una y dos roldanas, los cuales han de ser conforme fueren las piezas ó píeza que se le diere. Para artillería de 10, 12 y 16 libras bastan los motones de dos ojos ,y uno de palmo y torno, á la flamenca, porque sustenta mayores roldanas que no la que se hace en España, y en la demas artillería que se usa, rnotones de á palmo y á ese res-peto. Los balancines y bragueros se han de cortar: para medias culebrinas de 10 y 12 libras han de ser de diez brazas de largo, para que tengan con qué trincar el artillería y que retirar, por ser de dos guarnes,y el braguero, de seis brazas; para géneros de cañones de á cinco brazas ; para las piezas de á 7 libras, tercios y cuartos de á 10 y sacres bastan de a ocho brazas, con cuatro brazas y media de braguero. Los mutones liara ser de servicio han de ser de fresno 6 álamo negro, con roldanas de nogal y pernos de acebo, y que sea la madera seca y de buena, corta. La jarcia para palanquines ha de ser de 24 hasta 30 hilos de buen cáñamo, y los bragueros han de ser de 90 hilos, y han de ser guindaresas , que no son buenos calabrotes, porque con ellos no retira bien el artillería.

El artillero ha de tener un estuche con su calibre graduado con el peso de libras que tirasen las piezas, así de bronce como de perro y piedra, y en él un cuchillo rara lo que se ofreciese cortar, y una barrena de medio temple y otra aguja de rampinete para sacar metales, con un compas de puntas derechas para tomar las bocas de las piezas y cortar cartuchos.

RECONOCIMIENTO DEL ARTILLERÍA.

Las culebrinas son las que tienen de 14 hasta 25 libras de bala , que no se usan de más porte: tienen de largo 32 hasta 36 diámetros. Un diámetro se entiende lo que tiene de grueso en la boca la pieza, y aunque "ay mucho mayores culebrinas, y en Mallorca está una encima del parapeto de la muralla y tiene 44 diámetros de largo, y otras en Calés de Francia, y éstas son pasavolantadas, por salir fuera de su razon.

Las medias legítimas tiran á 12 libras de bala; tienen 27 y 28 diámetros.

Las medias bastardas tiran 10 libras de bala ; tienen de 24 á 27 diametros de largo. Hay medias que llaman de á 7 libras de bala, que antes eran sacres y tenían á 22 diámetros de largo y tiraban hasta 8 libras , y por haberlos crecido hasta 26, y áun más , se les puso este nombre.

Los sacres tiran de 5 á 6 libras de bala; tienen de 30 á 32 diámetros de largo.

Los falconetes tiran de 3 á 4 libras; tienen hasta 36 diámetros.

Los pasavolantes y cerbatanas que tiran de una y dos libras de bala, tienen de 40 á 46 diámetros de su boca, y éstos no se usan.

Los esmeriles los hay con servidores, que se les encajan con una cuña de fierro y se cargan de por sí, y aunque tiran balas de fierro, tambien de piedra.

Esta artillería tiene repartidos los metales en esta forma : las culebrinas tienen en su refuerzo en el fogon 3 diámetros de su boca , aunque en otras partes les dan 3 1/8 delante de la moldura de los muñones 2 diámetros ¾ ; en el cuello 2 diámetros , aunque se les suele echar el octavo que se les dió en el fogon, y queda en un diámetro y 1/8 , y en esta proporcion será bien acabada, siendo de buenos metales.

Las medias culebrinas y las medio bastardas de á 10 libras tienen la mesma cuenta.

Desde siete libras hasta una siempre tienen más m-tales, porque éstas tienen en el fogon 3 diámetros y 2/9 ; en los muñones 3 ménos por el cuello 2 diámetros algo ménos.

Los sacres y falconetes tienen en el fogon 3 diámetros '/2 escasos; delante de los muñones 3, y por el cuello 2 diámetros.

Las joyas de estas piezas han de estar altas como la moldura de los muñones adelante , y los muñones tan gruesos y largos como la boca por el asiento , y por la punta como la bala. El repartimiento de las demas piezas por menor se pondrá en el tratado de fundicion.

Toda esta artillería de este género, primero ha de tener los dichos metales, y siendo buenos , se cargan las culebrinas y las medias bastardas con los cuatro quintos de pólvora del peso de su bala, aunque en otro tiempo se cargaba con todo el peso della, porque no eran las pólvoras como ahora. Las de una hasta siete libras con el medio peso de pólvora de su bala, por ser de artillería más reforzada. Las cucharas para estas piezas de 10 hasta 24 se cortan en cinco diámetros un tercio de su bala de largo; el uno para clavarse en el zoquete, los demas para carga, y se le da dos triángulos de ancho de su boca, y tres en el último para abrazar el zoquete. Las cucharas de una libra hasta siete se cortan en cinco diámetros y medio de largo, el uno para el zoquete , dos triángulos como arriba de ancho, y tres para la hembra de su boca. Los zoquetes para la artillería han de ser de madera pesada, porque con lo largo del asta y lanada cabecea y trabaja mucho. Para clavar las lanadas es bueno que se hagan flemincas del tercio de la boca de la pieza, ó zoquetes de palmo de largo barrenados, y el grosor del tercio de la boca de la pieza, porque con una vuelta de pellejo que se le clave basta para servir, y van más amparadas y seguramente pueden limpiar con ellas habiendo clavado la feminela con un perno delgado de palo para que no se salga. Los pellejos de carnero han de ser merinos, porque limpian mejor ,y- sorben el viento, con que traen tras sí cualquier cosa que tenga dentro la pieza, lo que los otros burdos no harán. Las astas para la artillería han de ser de dos tercias más largas que la pieza, ademas de lo que incorpora el zoquete lanada ó la cuchara.

Para ver y reconocer una pieza es necesario ponerse á la contra del sol, y con un espejo, despues de haberlas limpiado muy bien por de dentro, tomar el espejo y mirarlas, y si tuviere algun escarabajo ó agujero pequeño; ó magañas ó arrimos , tomar un fierro largo delgado, y vuelta 1a punta arriba, meterlo en la pieza y ver lo que entra para saber el daño que tiene y procurar el reme-dio, como asegurarse de no reventar, procurando de acortar la pólvora siempre, si fuere en parte que se pueda ; pero si estuviere buena de cana y falta de metales, si los refuerzos para asegurarse y no darle más carga que con-forme á ellos se le debe dar, tomará el compas de puntas derechas, y vea cuánto tiene por el fogon, y conforme el género, cuánto habia de tener; tome el diámetro y póngalo sobre una tabla, y pártale en diez y seis partes, que es lo que pesa una libra de pólvora, y vea con-forme á la razon lo que falta, diciendo: si tres diámetros me dan tantas libras de pólvora, dos y medio é dos ;qué me darán ? Y en e1 mesmo repartimiento de las diez y seis partes se lo dirá, y aquello ha de quitar de pólvora á la pieza.

 

SEGUNDO GÉNERO DE CAÑONES

Medios,tercios y cuartos

 

Los cañones se entienden de 30 hasta 60 libras de bala, que llaman á los primeros sencillos y á los segundos dobles , por lo que doblan el peso, y por algun más re-fuerzo. Hay los de 100 libras de bala y de 135, y de 137, ,que llaman basiliscos, como los dos que hay en Orán, que fueron del Gran Turco. Los dichos caòones tienen comunmente de largo desde 17 hasta 18 diámetros de largo; algunos ménos tienen en el fogon dos diámetros y medio de su boca y un diez y seis avo más, que se llaman sencillos, y otros tienen más refuerzo, de casi tres diámetros. Hay otros de 40 libras de bala.

Medíos cañones son los que. tiran de 16 hasta 20 libras de bala; tienen de largo 19 a 20 diámetros ; los que pasan se llaman culebrinados; éstos tienen en el fogon dos diámetros y dos tercios escasos; delante de los muñones, dos diametros y un cuarto ; en el cuello, un diámetro y tres cuartos, poco más, porque el fundidor , habiéndoles de dar dos diámetros, se lo quitó para reforzar la cámara.

Hay tercios de cañones que tiran diez libras de bala, los cuales tienen de largo de 21 hasta 22 diámetros; tienen en el fogon tres diámetros de su boca; delante de los muñones dos diámetros y medio ; en el cuello un diámetro y dos tercios.

Hay cuartos de cañones que tiran de 9 hasta 13 libras de bala; son largos desde 16 á 1 a diámetros de su boca; tienen los mismos refuerzos que los de arriba,.

Los muñones de los cañones medios y cuartos han de ser tres cuartos del diámetro de su boca de grueso, y otro tanto de largo.

Toda esta artillería se carga con los dos tercios de pólvora del peso de su bala.

Las cucharas para estas piezas se cortan en cuatro diámetros de su bala y un cuarto ; las tres y un cuarto para la pólvora y el otro para clavar en el zoquete. han de tener dos diámetros de su boca de ancho, y tres para clavar en el zoquete. Los palanquines y bragueros, astas y zoquetes y lanadas, como se dice atras en el reconocimiento de las culebrinas.

Los cartuchos de este género se han de cortar en cu-tro diámetros de largo y• tres de ancho, sacando destos tres diámetros el viento de las balas, que esto se ha de coser y meter dentro. Los guardacartuchos se han de hacer en los mismos, cuatro bocas de largo y una de ancho, para que entren los cartuchos holgados. E1 tirar con estas piezas es lo mismo que en cuanto á las culebrinas y su género, y en las elevaciones.

Cañones y medíos cañones hay de once hasta doce diámetros de su boca, que son encamarados al tiempo antiguo, que esto se. pone aquí por si toparen con algunos, que se sepa la razon. Tienen larga la cámara dos diámetros y medio de su boca; es ancha tres quintos de su boca y queda de reloj; tiene de refuerzo en la culata ó fogon dos diámetros algo ménos, y por los muñones dos diámetros ménos un quinto, y por el cuello uno y dos quintos. Si tiráre de bala 20 libras, se le dará el tercio de pólvora del peso de la bala.

 

GENERO DE PEDREROS.

 

Pedreros encampanados de 12 libras de bala de piedra es largo de 12 diámetros y ¼ más ó ménos : tiene en el fogon dos diámetros de su boca ; en los muñones, dos diámetros un sexto (así); en el cuello, un diámetro y me-dio algo ménos. Cárgase con la mitad del peso de su bala, y en el encampanamiento tiene para la carga un diámetro v medio de su boca de largo. Repartirse ha la cuchara de estas piezas comenzando el mesmo largo de la boca, disminuyendo despues de haber dejado para clavar el zoquete media, llegará á la punta á dejarla en tres , quintos de la boca, con que no es menester hacer planta para ella. Para la cuchara del reloj por el tercio de la boca, se cortará la cuchara en el largo que se verá en la partida de este género.

Para saber cargar estas piezas ha de procurar, despues de limpias, tomar su cuchara puesta encima de la pieza, y por la parte que pudiere meter la cuchara por la porta, y que se la hinchan y aracen, trayéndola con cuidado porque no se derrame, y sustentándola con las manos hasta ponerla en la cámara de la pieza, y en dando la vuelta á la cuchara, cargar sobre el asta cuando saque para. que con las aletas della no traiga así la pólvora , ü parte della, y luégo meta el zoquete y aplíquelas, y torne á echar otra cuchara y haca lo mesma, metiendo el bocado justo, el cual ha de baquetear bien luégo por si acaso queda alguna pólvora en la caña, que puede suceder, tome la lanada y límpiela, y meta su bala y otro bocado sólo que ajuste para detenerla encima, porque cuando la quiera sacar halle ménos detencion y la bala esté libre ; porque si hay alguna poivora ü ha quedado dentro de la caña, humedece con la bala y sécase des-pues con el aire, y es trabajo haberla de sacar á un riesgo de desgracia. Si cargáre con cartucho y la pieza tu-viere alguna magana ü escarabajo, tenga cuidado de luégo que dispare tapar la boca y el. fogon, con que, si quedó algo encendido, se morira y no habrá lugar de desgracia, como suele acontecer v se ha visto.

Con e1 artillería se ha de pelear con flema y cordura en la mar, procurando que las tiros se empleen bien; porque lo contrario es bastar las municiones y rendir la nao y la gente, y calentar la artillería sin que aproveche.

Las halas para estas piezas todas se han de buscar con un compas de puntas vueltas, tomando primero un compas de puntas derechas, y abriéndolo, tomar la boca de la pieza al justo , metiendo el conipas lo más dentro de la boca que se pudiere ; y siendo la pieza do cañon seguido, hacer un redondo con él, partiendo por mitad lo que sale en el compas ; y habiendala hecho, repartirlo en ocho partes iguales, de las cuales tomará la una, y en tres partes, y la última es el viento de la bala que se ha de quitar del diámetro; y quitado, la que queda, que son siete partes y dos tercios de otra, serán los que ha de tener la bala.

El armar balas de cadena ó navaja han de ser, las de cadena juntarlas y atravesarle de alto abajo unas tablillas hasta las cabezas de duelas, y enfilarlas con filástcas para que en la pieza éntre junto todo, y al salir se irá abriendo. Las de navaja hacérsele unos bocados junto á la argolla que tiene, para que no levante á la salida y se rompan las palanquetas, con dos bocados, uno á cada punta. Las de diamante lo mesma, con que se asegura de que la pieza no se rompa.

E1 dar el viento á la bala es un intervalo entre la bala v el hueco de la pieza, que no entra muy justa y apretada; siendo mal redonda pone en peligro de reventarse la pieza; ni tampoco debe entrar la bala muy floja, porque sería de poco efecto, porque no tomará toda la fuerza de la pólvora y se iria en el viento demasiado, y así se ha de ajustar á que tenga sólo el viento necesario, haciendo la cuenta desde una libra hasta ocho de seis onzas una, y de diez libras arriba una por lo que va sobrepujando á mayor cantidad, y ése es el viento que se ha de quitar.

Buscar el vivo es saber que el metal de la pieza es mayor y más grueso en la culata que en la joya, y para sabérsele sacar para tirar por el raso de la alma es menester tomar una de las agujas y meterla por el fogon que éntrare hasta el asiento de la alma, y desque esté sentada, tomar una regla y ponerla sobre la faja de la culata, y donde se señaláre con la aguja que está metida, hacer una señal, y con ella ir á la boca y asentar la punta en el asiento de la alma, y ver cuánto sobrepuja la señal encima de la joya, y aquello ponerlo de cera ó otra cosa, juzgando el blanco por el raso de la alma, que es á nivel el mejor tiro, pero no es el más largo. Matar el vivo : toma aquella largueza del vivo que hallares en cualquier pieza y pártela en tres partes iguales, y de la groseza de cada una se puede hacer una cuña de madera ó de otra cosa que sea fuerte, con que se puede servir cuando se quisiere tirar por el rasó del ánima , metiéndola debajo despues que esté anivelada, y le habrá acertado; pero hase de entender que si fuere más bajo el blanco y fuere menester ménos elevacion, mete dos cuñas, y si fuere menester haber de partir las cuñas en dos, será mejor para tirar la bala.

Si la pieza estuviere salida de punto para tirar largo y quisieres hacer prueba en el primer tiro para tu seguro y no andar levantándola, toma un plomo ó pesante con un hilo, y ponle encima de la joya, y aquello que cayere dentro de la pieza cabúsala hasta que se ajuste con la boca, y se echará de ver bien la largueza y tiro que se hace, y lo mismo tirando de arriba abajo, y es regla de consideracion; pero no para piezas desbocadas ó asedradas las joyas.

Si la pieza no estuviere con la razon que debe, y la joya estuviere más á una parte que á otra, habráse ani-mado el alma ; y como esto es cansa, en el tirar, de dar avieso el tiro, hase de ver dónde se arrima y procurar enmendarlo conterando la pieza, haciendo la puntería á a parte contraria ó llevando el muñon atras, abriendo las muñoneras de la cureña un poco hasta que se ajuste el tiro, y es mejor de una vez tenerlo hecho sin aguardar á que llegue la ocasion, parque entónces se hace muy mal.

Las piezas de artillería se derivan en seis puntos de escuadra, que son 90 grados : los tres primeros, que son hasta 45, son los tiros más largos que se puede hacer, porque los otros subirán en grados , pero

más distancia, sino ménos.

Las piezas que están cargadas, ha de disparar no las cargó ni muy bien primero, metiendo el llega la carga, habiendo sacado que está encima de la bala para ver si la tiene, y visto que la hay, echársela fuera, que no es trabajo volver-la á meter otra vez y luégo medir con el zoquete hasta donde llega la carga, haciendo una señal junto á la joya en el asta y sacarla, y medir por encima de la pieza don-de llega , y de allí al fogon , y tomando el diámetro de la boca, ques la cuenta por donde se carga el artillería, y ver cuántas balas hay. Si fuere en género, de culebrina, tendrá en limpio la pólvora cuatro balas y dos tercios el bocado, y á veces ménos; y si tuviese bala y bocado, llegará á siete balas; y si fuere género de cañon, tendrá tres balas, y el bocado otra, y con bala llegará á seis, con que estará buena; pero esto se ha de entender con pólvora de artillería de cinco as y as; que si fuera con pólvora fina, será con dos balas y cuarto, ques como se ha de cortar la cuchara para esta pólvora fina.

 

Para tirar con el artillería se debe mirar muy bien que, aunque Nicolao Tartalla y otros muchos autores han escrito sobre ella, en la forma del tirar las experiencias lo suelen deshacer todo. Lo primero que debe hacer el artillero es el reconocimiento de la pieza con que ha de tirar, y la pólvora la calidad que tiene; y aunque muchos dicen que esto se podrá ver con el fue-go, es así; pero mejor se reconoce la pólvora reconociendo los materiales áutes de mezclarlos.

Los encabalgamentos para la artillería se han de re-conocer en esta forma: tómese el largo desde la delantera de la moldura de los muñones hasta la culata, golfin ó cascabel, y luégo lo que tiene de grueso detras de los muñones, y á la fruela ó papo de paloma, de delante de ellos, y váyase á los encabalgamentos y sea de una muñonera á otra si cabe aquella medida del grueso, y si tiene de largo lo que ha tomado á la tal pieza, y con eso servirá, y con que la culata de la pieza asiente den-tro del peinazo último, será buena. Y habiendo de servir el encabalgamento en la mar, se habrá de tomar el altura de la porta desde el tercio hasta la cubierta, y con esta medida mirar el alto de la carena y eje, y lo que faltáre será el alto de la rueda desde el ojo al asiento.

Ha de procurar el artillero que su pieza esté nivela-da, mirando que no sea más alta una rueda que otra, sino que si necesario fuese, con un hilo y una pesilla de plomo, desde el gavilan del eje, desde el muñon abajo se pese, para que se vea cuál parte está más alta ó baja y se remedie, porque los tiros no salgan aviesos y se